Después de la épica batalla en la que Popocatepetl ha dado muerte al descomunal y feroz Señor de los Tarascos, Popocatepetl se incorpora recogiendo su escudo y su arma de combate. Los súbditos del Señor de los Tarascos saben que la batalla decisiva ha terminado y que los aztecas han triunfado, y resulta por demás inútil tratar de continuar con una guerra que ya está perdida. En realidad, la mayoría de ellos pese a haber perdido la batalla se alegran en sus adentros de que el guerrero azteca Popocatepetl haya matado a ese implacable tirano que les hizo la vida imposible a ellos y a sus familias, y cualquier cosa que les depare el destino con Popocatepetl será mejor para ellos que el terrible infierno al cual estaban siendo sometidos para satisfacer los apetitos y las locuras desmedidas del déspota que ahora yace inerte.
Esta composición prepara el cierre del telón para que el público pueda tomar un descanso en anticipación a la segunda parte de esta obra.
Las luces en el escenario se van apagando quedando iluminados únicamente Popocatepetl y el cuerpo inerte del Señor de los Tarascos, tras lo cual únicamente hay un haz luminoso iluminando la figura erguida de Popocatepetl. Empieza a caer el telón, y la ejecución de la pieza continúa mientras sobre el telón se proyecta una imagen del calendario azteca. La imagen del calendario azteca desaparece del telón y las luces del auditorio o la sala de espectáculos se van encendiendo hasta que el auditorio o sala queda completamente iluminado, dándosele a entender al público que la primera parte de la obra ha llegado a su conclusión.
Sonido MIDI: Synthetic Strings 2
